El Turismo Accesible es un término extendido, comprensible y de uso habitual. Esta realidad llega a plantear dudas a la hora de utilizar términos alternativos para denominar a un sector del turismo, que fue originariamente concebido como un producto específico para el colectivo de personas con discapacidad.

La concepción actual de la accesibilidad desde una perspectiva universal que proporciona beneficios a cualquier individuo, hace que debamos actualizar la denominación del Turismo Accesible para adecuarla a la realidad que representa. Se trata de romper la vinculación entre turismo accesible y discapacidad, mediante la creación de un Turismo para Todos destinado al público en general.

El Turismo para Todos va más allá del turismo accesible porque sus entornos, productos y servicios se basan en el Diseño Universal. El Turismo para Todos es un turismo inclusivo, porque ofrece servicios válidos para todos sus clientes, con independencia de sus características personales y funcionales. El Turismo para todos conoce el valor de la atención al cliente, y sabe prestar ayuda personalizada y específica de manera acorde a los requerimientos de cada cliente.

No es sólo cuestión de palabras, mientras que el Turismo Accesible se considera como una clase de Turismo; el Turismo para Todos es algo intrínseco a cada una de los tipos de turismo existentes. Y es que el turismo cultural, el de sol y playa, el natural, el deportivo, el rural… todos ellos deben ser Turismo para Todos, porque tienen que ofrecer servicios válidos para que la diversidad de sus clientes puedan realizar una actividad turística normalizada y en igualdad de condiciones.

A pesar de la necesaria adecuación en la terminología del turismo, el estado de la accesibilidad de nuestra sociedad actual hace que la realidad del Turismo para Todos esté aún lejana. Lograr la accesibilidad de cada uno de los elementos que componen el turismo es un requisito indispensable que está aún en elaboración.

Debido a ello, es necesario crear paquetes de turismo accesible para que las personas con necesidades específicas puedan disfrutar de su tiempo de ocio de la manera más normalizada posible. Este hecho no es más que una aproximación al disfrute pleno de sus derechos individuales, y no puede hacernos olvidar, que debemos trabajar para que el Turismo para Todos sea una realidad que permita la igualdad de oportunidades al desarrollar la totalidad de acciones que componen la actividad turística de manera segura, cómoda, autónoma y normalizada.

Fuente: Periodico Digital

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